Palimpsesto

Palimpsesto. Del Latín palimpsestus, y éste, a su vez, del Griego παλίμψηστος palímpsēstos. De pálin, nuevamente, y de psáos, borrar.

Palimpsesto
                     Codex Nitriensis, copiado en el siglo IX por el monje Simeón

En Paleografía se conoce por palimpsesto a todo antiguo manuscrito que evidencia las huellas de una escritura anterior que han sido borradas de modo artificial. Esta práctica no se aplicaba al pergamino, exclusivamente, también las tablillas eran reutilizadas de igual manera, y demuestra cuán escasos y apreciados eran estos soportes de escritura.

Como ejemplos, encontramos el Palimpsesto de Arquímedes, un compendio de obras del gran físico y matemático, y de otros autores, que fue sobreescrito para plasmar sobre él los salmos y oraciones de un convento.

Palimpsesto                   Palimpsesto de Arquímedes, antes y después de su restauración

De época visigoda, el Código de Eurico, la primera compilación de leyes propias a imitación de las romanas y que permitió dar el salto de la costumbre a la ley escrita, tal y como Isidoro de Sevilla narra en sus crónicas, ha podido ser reconstruido gracias a los extractos de los nueve folios que componen el Palimpsesto de París, descubierto en la abadía benedictina de Saint Germain des Prés y conservado en la Biblioteca Nacional de París, y al trabajo de Álvaro d’Ors y Pérez-Peix, jurista y uno de los mejores romanistas que ha dado el siglo XX.

Sobre el Palimpsesto del Codex Nitriensis, fotografía de cabecera, observamos que el texto visible en horizontal, ‘scriptio superior’, es una copia en Siríaco de un tratado de Severo de Antioquía, mientras que en el texto vertical, más borroso, apreciamos la ‘scriptio inferior’, que en este volumen corresponde a copias del de la Ilíada, de los Elementos de Euclides y del Evangelio de Lucas, datadas en el siglo V d.C.

 

Bibliografía e Imágenes:

  • Diccionario Enciclopédico Espasa, vol. 22, Editorial Espasa Calpe, S.A., Madrid 1992

 

Hispanidad

Hispanidad. Concepto y su evolución histórica.

Por Hispanidad entendemos el carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura españolas, que constituyen una comunidad constituida por España, los Estados americanos de habla española y Filipinas.

Las primeras referencias a la palabra Hispanidad aparecen en la obra “Tratado de Ortografía y Acentos en las Tres Lenguas Principales” (Toledo, 1531), del bachiller Alejo Venegas, escritor y humanista español del Renacimiento.

A principios del siglo XX, el pensador Miguel de Unamuno recurrió a ella para referirse a los diversos pueblos que compartían la lengua española, concibiéndola como una hermandad de naciones, alejándose de la idea de madre patria. En los años 20, el escritor Jose María Salaverría y el sacerdote Zacarías Vizcarra, ambos residentes en Buenos Aires, difundirían el término. Se atribuye a éste último la propuesta de cambiar la denominación Fiesta de la Raza por Fiesta de la Hispanidad.

Otros autores consideran como fuentes del término la obra del integralista portugués António Maria de Sousa Sardinha, para quienes el concepto surge asociado a los círculos conservadores y nacionalistas afectos al General Primo de Rivera, a fin de exaltar los valores tradicionalistas españoles y de remarcar la idea de destino histórico de la nación española, que es considerada eje espiritual del mundo hispánico y tutelar de su legado.

Esta primera concepción del concepto de Hispanidad se desarrollará con la obra “Defensa de la Hispanidad” (1934), de Ramiro de Maeztu, y con los escritos de García Morente, Giménez Caballero y el Padre Torró, entre otros, posteriormente. Fue acogida favorablemente por los sectores conservadores hispanoamericanos representados por de la Riva Agüero, Junco o Vasconcelos. Incorporada al ideario falangista y, tras la Guerra Civil, recogida por el régimen franquista, que la dotará de carácter político y programático con la fundación del Consejo de la Hispanidad en 1940, sustituido en  1946 por el Instituto de Cultura Hispánica.

Una segunda concepción, tan actual como vigente, tanto en España como en Hispanoamérica, refuerza y desarrolla la idea de comunidad lingüística y cultural, afirmando la voluntad de solidaridad entre todas las naciones hispanas. Aparece, al tiempo que la primera, en las obras de autores hispanoamericanos como Rubén Darío o Santos Chocano, siendo defendida por intelectuales españoles vinculados al Centro de Estudios Históricos, que en su día dirigiera Menéndez Pidal.

Sire de ojos azules, gracias: por los laureles
de cien bravos vestidos de honor; por los claveles
de la tierra andaluza y la Alhambra del moro;
por la sangre solar de una raza de oro;
por la armadura antigua y el yelmo de la gesta;
por las lanzas que fueron una vasta floresta
de gloria y que pasaron Pirineos y Andes;
por Lepanto y Otumba; por el Perú, por Flandes;
por Isabel que cree, por Cristóbal que sueña
y Velázquez que pinta y Cortés que domeña;
por el país sagrado en que Heracles afianza
sus macizas columnas de fuerza y esperanza,
mientras Pan trae el ritmo con la egregia siringa
que no hay trueno que apague ni tempestad que extinga;
por el león simbólico y la Cruz, gracias, Sire.

Rubén Darío, “Al Rey Óscar” (1899)

 

Bibliografía e imagen:

Panateneas

Panateneas. Del Griego antiguo Παναθήναια/ Panatếnaia.

Panateneas
                     La procesión. Ofrenda del peplum a la diosa Atenea

Con este nombre se designaba a un conjunto de celebraciones en honor de la diosa griega Atenea, Minerva para los romanos, que incluía sacrificios, fiestas nocturnas y competiciones deportivas. El acto más importante era el de la procesión, que se llevaba a cabo cada 28 de Hecatombeón, correspondiente a nuestro mes de Julio, para ofrecer a la diosa un peplo, una túnica, y sacrificar numerosos bueyes y otros bóvidos en su honor.

Las pequeñas Panateneas tenían carácter anual. Las grandes, por contra, se desarrollaban cada cuatro. Denominadas en un principio Ateneas, su nombre cambió a Panateneas desde el momento en que, por orden de Teseo, todas las comarcas del Ática empezaron a reunirse en Atenas para celebrarlas.

Bibliografía:

  • Diccionario Enciclopédico Espasa, vol. 22, Editorial Espasa Calpe, S.A., Madrid 1992
  • Teseo
  • Panateneas

Para saber más:

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Oligantropía

Oligantropía. Del Griego antiguo ὀλίγος,  ‘poco’ y ἄνθρωπος, ‘hombre’.

                Polibio (200 – 118 a.C.)

Oligantropía es el vocablo que el historiador Polibio emplearía para referirse a la crisis demográfica que afectaba a los varones en la Hélade.

Los hombres eran cada vez más escasos en número, como consecuencia de las guerras incesantes y de la corrupción de las costumbres sociales, que habían desembocado en abortos e infanticidios, al tiempo que a los esclavos se les imponía una limitación en el número de hijos que podían engendrar. Con el término ‘oligantropía’ nos referimos, pues, a la disminución en el número de nacimientos y a la restricción de la natalidad.

Polibio es autor, entre otras, de “Historiae“, una ambiciosa obra que abarcó cuarenta volúmenes, de los que sólo cinco de ellos han llegado hasta nuestros días.

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Bibliografía:

Cuadrivio

Cuadrivio. Del Latín tardío quadrivium, de quattuor, ‘cuatro’, y via, ‘camino’. Compendio de las cuatro Artes Matemáticas, que son Aritmética, Música, Geometría y Astrología o Astronomía.

Trivium
                                Quadrivium

En la Edad Media, estas disciplinas eran impartidas junto con el Trivio. Al igual que éste, el término cuadrivio posee, también, una segunda acepción, la del lugar donde cuatro caminos concurren.

Bibliografía e imágenes:

Trivio

Trivio. Del Latín trivium, de tres, ‘tres’, y via, ‘camino’. Compendio de las denominadas tres Artes Liberales de la Elocuencia, que son la Dialéctica, la Gramática y la Retórica, unas materias estudiadas durante el Imperio Romano y en las universidades durante toda la Edad Media, además. Trivio y Cuadrivio constituían todo el sistema de las Artes Liberales.

Trivium/ Quatrivium
                                           Compendio de las Artes Liberales

Una segunda acepción del término se refiere tanto a la división en tres ramales de un camino como al punto en que éstos volverían a concurrir.

Bibliografía e imágenes:

Traducianismo

Traducianismo. Del Latín medieval trallucianismus, del Latín traducere, ‘pasar’, e -ismus, ‘-ismo’. Doctrina religiosa defendida por (Quinto Séptimo Florencio) Tertuliano y seguida por algunos de los padres de la Iglesia, que fue predominante en Oriente durante el siglo IV. Tras su desaparición, no sería retomada por teólogos y filósofos hasta finales del siglo XIX.

Según el Traducianismo, también llamado Generacionismo, las almas se perpetúan por la via de la generación, mediante la fecundación, sin intervención divina, y el pecado de Adán se transmite directamente a toda su descendencia.

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                                                Tertuliano de Cartago

Nacido en Cartago (160-240), Tertuliano fue ordenado sacerdote hacia el año 196. Caracterizado por un excesivo rigorismo, se implicó en una ardua defensa de los cristianos, y se convirtió en uno de los escritores eclesiásticos más importantes de su tiempo. Entre lo más prominente de su producción encontramos títulos como “Contra los Judíos”, “De la Idolatría”, “Testimonio del Alma” y “Cinco Libros contra Marción”.

Bibliografía e imágenes:

Diccionario RAE

Diccionario Enciclopédico Espasa, Vol. 28, Editorial Espasa Calpe, S.A., Madrid 1992

Glosario de Filosofía

pravoslavie.ru

Glagólico

Glagólico, glagolítico. Del Búlgaro antiguo glagolati, ‘hablar’. Se denomina así a la escritura eslava más antigua, en la que se redactó la mayor parte de su literatura eclesiástica. Su origen no está del todo claro, pero los especialistas estiman que surgió a partir de las minúsculas griegas.

Glagólico
                                                         Caracteres Cirílicos

Creado en el siglo IX de nuestra era por los Santos Cirilo y Metodio, venerados por la Iglesia Ortodoxa, que les reconoció su labor de difusión de la cultura búlgara, el Glagólico habría servido de base a la escritura Cirílica, y sustituido por ésta, finalmente, excepto en ciertas liturgias eclesiásticas.

Glagólico
                                                                  Cirilo y Metodio

Gran exponente de la literatura paleoeslava, escrito en caracteres glagolíticos en el siglo XI, es “Glagolita Clozianus”, de la que se conserva un fragmento de 14 folios de las 552 originales, 12 en el Museo de Trento, 2 en el Museo Fernandino de Innsbruck. Una edición crítica de la obra se acometió en Viena en 1836.

“Glagolita Clozianus” toma su nombre del Conde Paris Cloz, su último propietario, que a mediados del siglo XIX donó a la ciudad italiana la parte del fragmento que allí atesoran.

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                        “Glagolita Clozianus”, folio númeo 5

Bibliografía e imágenes:

Senescal

Senescal. Del Occitano senescal, y éste del Franco siniskalk, de sinis, ‘anciano’ y skalk, ‘criado’. Lugarteniente real. En algunos países, se denominaba así al mayordomo mayor de la casa real. De igual manera, se empleaba el término para referirse al jefe o al cabeza principal de la nobleza, que la gobernaba, generalmente en tiempos de guerra.

Senescal
    Sancho VII El Fuerte

La figura del senescal, o lugarteniente real, es importada desde Francia por el Reino de Navarra, en la época de la sucesión del rey Sancho VII el Fuerte (1191 – 1234), con Teobaldo I, hijo de Blanca de Navarra y de Teobaldo de Champagne, hasta su unión definitiva con Castilla en 1512.

Bibliografía:

  • ÁLVAREZ PALENZUELA, Vicente Ángel, “Historia de España de la Edad Media”, Ariel, Barcelona 2011
  • Diccionario Enciclopédico Espasa, vol. 26, Editorial Espasa Calpe, S.A., Madrid 1992
  • dle.rae.es

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Ínsula

Ínsula. Del Latín insŭla, que se traduce por ‘isla’, ‘casa aislada’. Como término con el que referirnos a ‘isla’, porción de tierra rodeada de agua, la palabra ‘ínsula’ ha caído en desuso.

Sin embargo, si se ha perpetuado en el tiempo otra de sus acepciones, la de un pequeño territorio o gobierno de escasa preponderancia, como el que su señor encomienda a Sancho en “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, la Ínsula Barataria.

Ínsula
“Sancho, juez en la Ínsula Barataria”, de Gustave Doré

En Medicina Neurológica se habla de corteza o lóbulo insular, una estructura cerebral que se divide en dos partes, anterior y posterior. La primera, regula la percepción del dolor, de los cambios de temperatura y de nuestro propio latido cardíaco. La segunda, está más relacionada con el control de las emociones y su influencia psicosomática.

Ínsula. Compendivm
                            Corteza insular, en color rojo

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