Con el inicio de las grandes expediciones arqueológicas en el siglo XIX se abría un debate sobre los derechos de tutela y conservación de unos tesoros arqueológicos que pasarían a engrosar los fondos de museos tan importantes como los del Louvre o el Museo Británico. En pleno Romanticismo, surge un interés inusitado por las culturas del Levante Mediterráneo y Asia Menor, interés que se materializará en sendas campañas como las llevadas a cabo por Schliemann en Grecia, Denon y Champollion en Egipto – que viajaban con las tropas napoleónicas – o las de Botta y Layard en Nínive, Khorsabad y Nimrud. Esas misiones arqueológicas se tradujeron en hallazgos tan importantes como las ruinas de la ciudad de Troya, la Piedra Roseta, o la gran colección de tablillas grabadas que componían la Biblioteca del rey asirio Asurbanipal. Descubrimientos que permitieron descifrar la escritura jeroglífica y la creación, con posterioridad, de dos nuevas disciplinas dentro de la Arqueología: la Egiptología y la Asiriología. Sigue leyendo Los Hombres que Descubrieron Asiria