Una de las efemérides de este 17 de Enero de 2016 es el 25 aniversario de la denominada Operación Tormenta del Desierto, la respuesta internacional ante la invasión de Kuwait, por parte del régimen iraquí del ya desaparecido Saddam Hussein. Un conflicto que volvería a repetirse 10 años después y que, lejos de solucionarse, ha enquistado una situación que impide todo intento de transición a un régimen democrático pleno, al menos, a corto plazo.
En este artículo, Khaled Al-Sabah, un testigo en primera persona, nos cuenta cómo vivió las horas previas a la intervención militar y cuál es su visión del conflicto tras todos estos años.
En la madrugada del 17 de Enero de 1991 se ponía en marcha una operación militar para acabar con el cerco al que las tropas del mandatario iraquí Saddam Hussein habían puesto sobre Kuwait desde el 2 de Agosto de 1990. Una operación a cargo de una coalición internacional que estaba formada por 34 países, liderados por Estados Unidos, y que había recibido el beneplácito de la Organización de Naciones Unidas.
Frank Gardner, Corresponsal de Seguridad de la BBC, entrevistó a Khaled Al-Sabah, un colaborador de la resistencia kuwaití y testigo de excepción de los acontecimientos que habían de precipitarse.
Khaled fue uno de los afortunados ciudadanos en enterarse del comienzo de la llamada ‘Operación Tormenta del Desierto’, a través del canal internacional de la citada emisora, pese a los esfuerzos del ejército invasor por inhibir las señales de radio e impedir las comunicaciones con el exterior.
Aunque vivía en las afueras de la capital, Khaled tuvo tiempo de ir a avisar a su tío Ahmed y al resto de la familia, y de supervisar, quizás por última vez, el refugio que había preparado a fin de protegerse frente a un posible ataque con armas químicas. Khaled era consciente que, tras el ultimatum de la ONU, que había expirado dos días antes, el 15 de Enero, la invasión sería inminente.
Las cotizaciones en Bolsa son siempre un indicador y un reflejo fidedigno de las causas y consecuencias de los sucesos que afectan a la economía global. La fuerte cotización al alza del dinar kuwaití frente al dinar iraquí le daría a Khaled la confirmación del inicio de las operaciones.
A lo largo de los cinco meses que duró el asedio de la capital por parte de las tropas de Saddam, los robos, los allanamientos de morada y los arrestos indiscriminados no cesaron, a lo que se sumaría la falta de asistencia médica y la escasez de medicinas y de agua potable, lo que condujo a su racionamiento. Por el contrario, tanto el suministro eléctrico como el de víveres se mantuvieron relativamente estables.
La noticia del ataque aliado devolvió la esperanza a los habitantes de la ciudad, pese a no poder manifestar su alegría públicamente en presencia de soldados iraquíes, quienes se rendirían cuarenta días después.
Preguntado por la percepción que sus compatriotas tienen del conflicto 25 años más tarde, Khaled ha respondido que el 40% de la población aún no ha cumplido esa edad, pero que el sentimiento general es de gratitud hacia sus libertadores.
Khaled Al-Sabah, que en sus días en la resistencia operaba bajo un nombre falso, es miembro fundador de Poppy Ball, una organización benéfica británica, así como de otras organizaciones de su propio país. Lamenta que a los estudiantes, incluso de educación secundaria, no se les enseñe lo suficiente, si acaso se les enseña algo, sobre las causas y las consecuencias de la invasión, ocupación y liberación de Kuwait.
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