Vivimos en un mundo que se va digitalizando a la misma velocidad con la que está perdiendo su alma. Vemos como los medios de papel, por ejemplo, parecen estar condenados a desaparecer definitivamente, sin importar su temática o su adscripción cultural, incluso política. Y es que andamos inmersos en la era de la inmediatez, en la que todo es tan rápido como efímero. En ese sentido, desde el blog pensamos que tampoco corren buenos tiempos para los diccionarios en soporte físico. Siempre resultará más cómodo acceder a un buscador desde cualquier dispositivo conectado a la red y, en cuestión de segundos, conseguir esa información que necesitamos. Todo lo digital es muy rápido, si, pero, en nuestra opinión, culpable de que acabemos perdiéndonos la esencia, lo mejor de todo ello.