Flamen. Del latín flamen. En plural, flámines.
Flamen era el sacerdote romano encargado del culto a una deidad determinada. El flamen Augustal dirigía el culto a Augusto, primer emperador romano, divinizado por el Senado tras su muerte en el año 14 d.C. Del culto a Júpiter, dios de la Luz, mediador entre dioses y hombres, se responsabiliza el flamen Dial. El flamen Marcial hacía lo propio respecto del culto a Marte, dios de la Guerra. El flamen Quirinal era responsable del culto a Quirino, como se conoció a Rómulo, fundador de Roma, tras ser divinizado, si bien no todos los historiadores consideran que se trata del mismo personaje.
Su vestimenta consistía en un largo manto abrochado al cuello y un gorro a modo de casquete rematado por un borlón de lana. En sus manos, un bastón fabricado en madera de olivo.
Las esposas de los flámines eran las flamínicas. Consideradas sacerdotisas, disfrutaban de numerosas prerrogativas y exhibían avalorios distintivos.
Bibliografía:
- Diccionario Enciclopédico Espasa, vol. 14, Editorial Espasa – Calpe, Madrid 1992
- Diccionario Universal de Mitología ó de la Fábula, de B.G.P., 1835
- Arraona Romana
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