Kutná Hora, un nombre que a voz de pronto no sabríamos con qué identificar, define a una ciudad de origen medieval situada en el corazón de la República Checa y que la UNESCO incluyó en su Lista de Ciudades Patrimonio de la Humanidad en 1995. Se la conoce cariñosamente como “Ciudad de plata” o “Caja del tesoro del país”, porque gracias a que ese preciado metal venía siendo extraído de sus minas desde el siglo X, el entonces Reino de Bohemia [1] vivió un espectacular desarrollo. La mayor parte de la producción se destinaba a nutrir las cecas, para acuñar moneda. Desde la Casa de la Moneda y desde la llamada Corte Italiana (el rey de Bohemia, Venceslao II, mandó llevar a la corte a expertos florentinos) se acometió una reforma monetaria. Sigue leyendo El Osario de la Abadía Cisterciense de Sedlec