Irenarca

Irenarca. Del latín tardío irenarcha, y éste del griego εἰρηνάρχης eirēnárchēs, de εἰρήνη eirḗnē ‘paz’ y -άρχης -árchēs ‘el que rige’.

Irenarca
                                        Magistrados Romanos

Irenarca era el magistrado del Imperio romano encargado de velar por la paz y la tranquilidad del pueblo, sobre todo en las provincias romanas de Asia (formalizada a partir del año 133 a.C., cuando el rey de Pérgamo, Átalo III, lega su reino a Roma ante la falta de un sucesor al trono) y de África (que Roma conforma en el año 146 a. C. tras derrotar a Cartago en la Tercera Guerra Púnica y haciendo de Útica su capital), sobre todo en Egipto.

Así, el término irenarquía se refiere a la dignidad o jurisdicción de irenarca.

 

Referencias bibliográficas:

Imagen:

Numancia, de la Gesta a la Leyenda

CRONICAS DE LA CELTIBERIA CITERIOR

NUMANCIA

Àrnica “Castro Arévaco” mp3

Numancia Invicta
                                      Celtíbero versus romano

“Este pueblo suministra para la guerra no solo una excelente caballería, sino también, una infantería que destaca por su valor y capacidad de sufrimiento. Visten ásperas capas negras, cuya lana recuerda al fieltro. En cuanto a las armas, algunos celtíberos llevan escudos ligeros semejantes a los de los celtas, y otros grandes escudos redondos del tamaño del aspis griego. Sobre sus piernas y espinillas trenzan bandas de pelo, y cubren sus cabezas con cascos de bronce adornados de cimeras rojas. Llevan espadas de dos filos forjadas con excelente acero, y también llevan, para el combate cuerpo a cuerpo, puñales de una cuarta de largo. Utilizan una técnica especial en la fabricación de sus armas. Entierran piezas de hierro y las dejan oxidar durante algún tiempo de las que aprovechan solo el núcleo, obteniendo así magníficas espadas y otras armas. Un arma fabricada de este modo corta cualquier cosa que encuentre en su camino, por lo cual no hay escudo, casco o cuerpo que resista su embite”

Diodoro Sículo, Diodoro de Sicilia, historiador griego, siglo I a.C. Sigue leyendo Numancia, de la Gesta a la Leyenda